Las mujeres y la prisión
Texto: Mtro. Ricardo Pedro Guinea Nieto
Colaboró Estefany Lubián López
Según datos del INEGI en el estado de Hidalgo en el año 2022, la población total de personas privadas de la libertad sin dictado de sentencia son 4,801, de las cuales 4,472 son hombres y 329 son mujeres, de ahí las personas privadas de libertad por prisión preventiva oficiosa en porcentajes corresponden 74.5 para hombres y 77.2 para mujeres; un último dato a considerar es que egresaron de los centros de reinserción social 3,209 personas, de las cuales 2,118 son hombres y 238 son mujeres.
Entonces, podemos deducir que la reclusión de mujeres en los últimos años ha aumentado a un ritmo más acelerado en proporción de los hombres, que los delitos que presuntamente han cometido las mujeres son de los que merecen prisión preventiva oficiosa, consecuentemente son delitos graves que se encuentran en el catálogo de la ley y esperan su sentencia en prisión.
Durante el tiempo que se encuentran esas mujeres privadas de su libertad, pasan por diversas circunstancias, como lo son: separarse de su familia, algunas se encuentran en estado de gravidez, hay quienes presentan adicciones o tienen la necesidad de tener a sus hijas e hijos con ellas como internas.
Al salir de las prisiones las mujeres se enfrentan a marginación y condena social, la mayoría no cuentan con las herramientas necesarias para volver a formar parte la sociedad, ni con el recurso económico para emprender o auto emplearse y sus familiares en muchas ocasiones les rechazan o estigmatizan.
Generalmente son revictimizadas por las personas por haber estado en reclusión, o bien sus hijos e hijas, esto les hace más difícil retomar su vida o tener nuevas oportunidades para salir adelante.
En conclusión, es importante tener en cuenta que el aumento de la participación de mujeres en las actividades ilícitas, merece atención para poder prevenir que continúe perjudicando a la sociedad y a las propias mujeres, es muy difícil lograr un cambio de conductas sino se concientizan las implicaciones que les generará para su futuro realizar actividades delictivas, además, es importante fortalecer la educación cívica y moral de las personas.