La ONU condena a Nicaragua y Ecuador por maternidad forzada en niñas
El Comité de Derechos Humanos de la ONU emitió dos resoluciones históricas en las que condena a los Estados de Nicaragua y Ecuador por casos de maternidad forzada en niñas, reconociendo la violación de sus derechos humanos y la falta de acceso a abortos legales.
Ambas resoluciones son producto de litigios impulsados por el movimiento “Son Niñas, No Madres”, encabezado por el Centro de Derechos Reproductivos en América Latina y el Caribe.
Principales hallazgos del Comité
En entrevista, Catalina Martínez, directora regional del Centro y vocera del movimiento, destacó cinco puntos clave de las resoluciones:
- Violación al derecho a la vida y a la vida digna: La falta de acceso al aborto afecta gravemente los proyectos de vida personal, familiar, educativo y profesional de las niñas, además de poner en riesgo su integridad física y emocional.
- Tratos crueles, inhumanos y degradantes: La imposición de la maternidad forzada genera un impacto devastador en la salud mental de las niñas, especialmente por su edad y situación de vulnerabilidad.
- Injerencia en la vida privada: En el caso de Ecuador, donde el aborto terapéutico no está prohibido pero no se aplica eficazmente, el Comité señaló que esta omisión representa una vulneración a la privacidad de las niñas.
- Discriminación y violencia institucional: Las resoluciones subrayan que negar el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva perpetúa ciclos de violencia y discrimina de manera desproporcionada a las niñas.
- Responsabilidad estatal: Ambos Estados fueron instados a reformar sus legislaciones para garantizar el acceso efectivo al aborto y prevenir futuras violaciones de derechos humanos.
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Estas resoluciones establecen un importante precedente legal y político en América Latina, una región donde el acceso al aborto enfrenta fuertes restricciones.
En Nicaragua, el aborto está prohibido en todas sus formas, mientras que en Ecuador, aunque existen excepciones legales, su implementación es prácticamente inexistente.
El movimiento “Son Niñas, No Madres” reitera la necesidad de garantizar los derechos de las niñas a decidir sobre sus cuerpos y evitar que las maternidades forzadas sigan siendo una realidad.
La ONU ha instado a ambos países a adoptar medidas inmediatas para proteger la vida y dignidad de las menores y a desarrollar políticas públicas que prioricen la salud integral de niñas y adolescentes.