Carga mental: el peso invisible que recae sobre las mujeres

Ellas Dicen

Más allá del trabajo físico o las responsabilidades visibles, las mujeres enfrentan una carga que rara vez se reconoce: la carga mental.

Se trata del esfuerzo constante de planificación, organización y gestión de las tareas del hogar, la familia y, en muchos casos, del trabajo, que recae de manera desproporcionada sobre ellas.

¿Qué es la carga mental?

El concepto de carga mental fue popularizado por la socióloga francesa Monique Haicault en los años 80 y se refiere a la responsabilidad de pensar en todo, incluso antes de que ocurra.

No solo implica realizar tareas domésticas, sino también recordarlas, planificarlas y anticiparse a cualquier imprevisto.

Por ejemplo, en una familia, una mujer no solo hace las compras, sino que también recuerda lo que falta en la despensa, planea los menús, coordina los horarios de la familia y se asegura de que no falte nada.

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A esto se suma la carga emocional de cuidar a los hijos, preocuparse por su bienestar y gestionar la logística del hogar.

Un peso que sigue recayendo en ellas

A pesar de los avances en igualdad de género, los estudios siguen demostrando que la mayoría de las responsabilidades domésticas y de crianza recaen en las mujeres, incluso cuando trabajan fuera de casa.

Un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reveló que las mujeres dedican, en promedio, tres veces más tiempo que los hombres a las tareas no remuneradas, lo que afecta su bienestar, sus oportunidades laborales y su tiempo libre.

Consecuencias invisibles pero profundas

La carga mental no sólo genera agotamiento físico y emocional, también afecta la salud mental.

Muchas mujeres experimentan estrés, ansiedad y sensación de agotamiento al sentirse responsables de “recordarlo todo” y asegurarse de que todo funcione correctamente en sus hogares.

Además, este peso invisible puede dificultar su crecimiento profesional, ya que muchas veces deben elegir entre avanzar en su carrera o gestionar la vida familiar, una decisión que los hombres enfrentan con menos frecuencia.

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¿Cómo aligerar la carga mental?

Para reducir la carga mental es necesario un cambio en la dinámica de género dentro del hogar y la sociedad. Algunas estrategias incluyen:

  • Distribuir las responsabilidades de manera equitativa. No se trata solo de “ayudar”, sino de compartir la carga de manera justa.
  • Eliminar la “delegación” como única estrategia. No es suficiente que los hombres esperen a que se les diga qué hacer; deben asumir la iniciativa.
  • Romper con los roles tradicionales. Fomentar la corresponsabilidad desde la infancia y normalizar que todas las personas tienen la capacidad de gestionar el hogar.

La carga mental no es un problema individual, sino un reflejo de una sociedad que aún espera que las mujeres sean las principales encargadas del bienestar familiar.

Reconocerla es el primer paso para cambiarla.

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