“Salas de arrepentimiento” en el metro de Teherán: estrategia para reforzar el uso del hijab
Un nuevo fenómeno ha generado polémica en Teherán, Irán: las llamadas “salas de arrepentimiento” instaladas en el metro, donde mujeres jóvenes, muchas sin hijab, son persuadidas para reconsiderar su postura y aceptar el velo islámico.
Un video difundido en redes sociales la semana pasada muestra cómo algunas mujeres, visiblemente emocionadas, se acercan a un santuario improvisado dentro de una estación de metro.
En el lugar, decorado con imágenes de líderes religiosos y figuras clave del régimen, se les ofrece un pañuelo “bendecido” con la petición de que lo usen y se comprometan a mantener el hijab.
¿Quién está detrás de estas salas?
El grupo Hijas de la Revolución, una organización de mujeres alineada con el régimen, se ha atribuido la iniciativa.
Lideradas por Bahareh Jangravi, estas activistas buscan imponer el hijab mediante lo que denominan “trabajo cultural”, evitando enfrentamientos directos como los que en el pasado desataron protestas.
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Jangravi ha detallado su estrategia en una entrevista: las jóvenes que ingresan a la sala reciben gafas de realidad virtual que las transportan a un santuario religioso en Irak.
Allí, rodeadas de imágenes de mártires y figuras como el general Qasem Soleimani, se les insta a reflexionar sobre su identidad y su fe.
Según el grupo, en sólo seis días, 300 mujeres han aceptado volver a usar el velo.
Reacciones y escepticismo
Sin embargo, muchas iraníes dudan de la veracidad de estas escenas.
Maryam, una socióloga residente en Teherán, afirma que la mayoría de las personas evitan estas instalaciones y que las imágenes viralizadas podrían estar actuadas o editadas para generar una impresión de éxito.
“El gobierno ha cambiado su estrategia: en lugar de represión directa, usa la manipulación emocional y el discurso religioso para imponer su voluntad”, explica.
Las críticas aumentan al recordar casos como el de Armita Geravand, una joven de 16 años que murió en octubre de 2023 tras un enfrentamiento con las autoridades del metro por no llevar hijab.
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Mientras el gobierno iraní sigue endureciendo sus políticas de control sobre las mujeres, este tipo de iniciativas generan más cuestionamientos sobre la libertad individual en el país y la lucha de muchas iraníes por decidir sobre su vestimenta sin imposiciones.