Terapias de conversión
Las terapias de conversión, también conocidas como “terapias reparativas”, son prácticas pseudocientíficas que pretenden cambiar la orientación sexual o identidad de género de una persona.
Estas prácticas parten de la premisa de que ser LGBTTTIQA+ es una enfermedad mental que puede y debe ser curada.
La comunidad médica y científica ha dejado claro que la orientación sexual y la identidad de género no son trastornos mentales y que las terapias de conversión son ineficaces y peligrosas.
Las terapias de conversión pueden adoptar diversas formas, algunas de las cuales incluyen:
- Terapia de aversión: utiliza estímulos negativos, como descargas eléctricas o medicamentos que inducen náuseas, para asociar la atracción hacia personas del mismo sexo con sensaciones desagradables.
- Terapia conductual: se enfoca en intentar cambiar los comportamientos asociados con la orientación sexual o identidad de género de una persona a través de ejercicios y técnicas de condicionamiento.
- Consejería y terapia hablada: involucra sesiones con un terapeuta o consejero que intenta persuadir a la persona de que cambie su orientación sexual o identidad de género a través de la discusión y la reestructuración cognitiva.
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- Intervenciones religiosas: incluyen prácticas como el ayuno, la oración intensa y los exorcismos para “expulsar” la homosexualidad o identidad transgénero.
- Violaciones correctivas: este tipo de abuso se emplea bajo el pretexto de “corregir” a la persona, puede ir escalando poco a poco, iniciando con tocamientos no consensuales hasta la violación sexual.
Consecuencias de las terapias de conversión
Las consecuencias de someterse a terapias de conversión son devastadoras y pueden incluir:
Problemas de salud mental, como la depresión, ansiedad, trastornos de estrés postraumático (TEPT) y pensamientos suicidas son comunes entre quienes han sido sometidos a estas prácticas.
Las formas más extremas de terapia de conversión, como la terapia de aversión, pueden causar daño físico directo.
Las terapias de conversión refuerzan la idea de que ser LGBTTTIQA+ es anormal y dañino.
Estas ideas pueden llevar al autoestigma y el rechazo familiar y social.
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Las personas LGBTTTIQA+ que han pasado por terapias de conversión pueden desconfiar de los profesionales de la salud y evitar buscar ayuda médica cuando la necesiten.
Prohibición en México
México ha tomado medidas significativas para prohibir las terapias de conversión.
En julio de 2020, el Congreso de la Ciudad de México aprobó una reforma al Código Penal local.
Sanciona con penas de prisión y multas a quienes realicen, promuevan o financien estas prácticas.
Esta reforma es un paso crucial para proteger los derechos de la comunidad LGBTTTIQA+ en México y prevenir el daño que estas terapias pueden causar.
La prohibición en la Ciudad de México fue seguida por otras entidades, como el Estado de México, Jalisco y Baja California, que también implementaron legislaciones similares.
Poco a poco las entidades federativas de México fueron adoptando leyes contra las terapias de conversión y finalmente, este 2024 se prohibieron en todo el país.
Este logro fue significativo, mostrando el interés del estado por acabar con prácticas perjudiciales, tanto así que la Organización de las Naciones Unidas felicitó al país.
Las terapias de conversión representan una violación grave de los derechos humanos y un peligro para la salud mental y física de las personas LGBTTTIQA+.
La prohibición de estas prácticas en México es un avance significativo en la protección de los derechos de esta comunidad.
Aún queda trabajo por hacer para garantizar que estas legislaciones se implementen efectivamente y que se promueva una sociedad inclusiva y respetuosa para todos.