El Movimiento Sufragista en México
El movimiento sufragista en México es una historia de perseverancia y determinación, un relato de mujeres valientes que, a pesar de las adversidades, alzaron sus voces y transformaron la sociedad.
Durante el siglo XIX, en un país marcado por la desigualdad de género, las mujeres mexicanas comenzaron a cuestionar su rol tradicional en la sociedad y a demandar su derecho a participar en las decisiones políticas.
Las pioneras del cambio fueron mujeres como Rita Cetina Gutiérrez y Laureana Wright de Kleinhans, quienes, desde sus espacios de influencia, como la prensa y la educación, impulsaron las primeras demandas de derechos civiles para las mujeres.
Su labor sentó las bases para el movimiento sufragista que tomaría fuerza a inicios del siglo XX.
Organización y resistencia
La Revolución Mexicana (1910-1920) fue un periodo crucial para las mujeres, quienes participaron activamente como soldaderas, enfermeras y comunicadoras.
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Este momento histórico abrió un espacio para que las mujeres comenzaran a organizarse políticamente.
En 1916, en la ciudad de Mérida, se celebró el Primer Congreso Feminista de Yucatán, un evento que marcó un hito en la lucha por los derechos de las mujeres, incluyendo el sufragio.
El movimiento sufragista se consolidó en la década de 1930 con la creación de grupos como el Frente Único Pro Derechos de la Mujer (FUPDM), liderado por mujeres como Elvia Carrillo Puerto, Hermila Galindo y Refugio García.
Estas organizaciones realizaron campañas y manifestaciones para exigir el voto femenino, enfrentando resistencia tanto de las autoridades como de sectores conservadores de la sociedad.
La victoria del voto femenino
Después de décadas de lucha, el 17 de octubre de 1953, el presidente Adolfo Ruiz Cortines promulgó las reformas constitucionales que otorgaron a las mujeres mexicanas el derecho al voto y a ser elegidas para cargos de elección popular.
Esta victoria fue el resultado de la tenacidad y el esfuerzo de miles de mujeres que no se rindieron ante los obstáculos.
La conquista del sufragio femenino no solo significó un cambio en las leyes electorales, sino también un cambio en la percepción de la mujer en la sociedad mexicana.
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Las mujeres comenzaron a participar activamente en la vida política del país, abriendo camino para futuras generaciones de líderes.
El legado de las sufragistas
Hoy en día, el legado del movimiento sufragista se refleja en la creciente participación de las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad.
Desde la política hasta la ciencia y la cultura, las mujeres mexicanas continúan luchando por la igualdad y la justicia.
Organizaciones feministas y defensoras de los derechos humanos trabajan incansablemente para garantizar que las mujeres tengan voz y voto en las decisiones que afectan sus vidas.
El movimiento sufragista en México nos recuerda que el cambio es posible.
Por Keila Itzel Rodríguez Peña