¿Por qué es importante la despatologización trans?

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La despatologización trans marca un logro contra la idea de que ser trans es una enfermedad, reforzando: nada que curar.

Cada 19 de octubre, se celebra el Día Internacional de la Despatologización Trans, una fecha clave en la lucha por los derechos de las personas transgénero.

Este día tiene como objetivo visibilizar las demandas del colectivo trans, cuestionar las prácticas que consideran su identidad de género como una enfermedad y reivindicar su dignidad.

Es una jornada para reflexionar sobre los avances y desafíos pendientes en la búsqueda de una sociedad más inclusiva y respetuosa.

¿Qué es la despatologización trans?

La despatologización trans se refiere a la demanda por eliminar la consideración de las identidades trans como trastornos mentales o enfermedades.

Durante muchos años, las personas transgénero fueron catalogadas en manuales médicos y psiquiátricos como personas con “disforia de género”, lo que implicaba que sus identidades eran vistas como algo anormal que debía ser corregido o tratado.

Este enfoque ha sido altamente estigmatizante, obligando a las personas trans a pasar por evaluaciones médicas y psicológicas para ser reconocidas legalmente o acceder a tratamientos de transición.

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En 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la “incongruencia de género” de la lista de trastornos mentales en su Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11).

Este cambio fue un logro importante en la lucha por la despatologización, ya que reconocía que ser trans no es una enfermedad mental.

Sin embargo, a pesar de este progreso, muchos sistemas de salud y normativas legales en diferentes países aún requieren procesos médicos que pueden ser invasivos y humillantes para las personas trans.

El impacto de la patologización

Considerar a las personas trans como “enfermas” ha tenido graves consecuencias en sus vidas.

Este enfoque no solo ha perpetuado el estigma, sino que ha contribuido a la discriminación en distintos ámbitos, desde el acceso a servicios de salud hasta la educación, el empleo y la vida social.

La necesidad de diagnósticos psiquiátricos como requisito para acceder a tratamientos hormonales o cirugías de afirmación de género ha generado barreras significativas, dificultando que muchas personas trans puedan llevar una vida plena y acorde con su identidad.

Además, la patologización refuerza la idea de que las identidades trans son “anormales” o “desviadas”, alimentando prejuicios que conducen a la violencia, la marginación y la negación de derechos básicos.

Los altos índices de violencia, discriminación y exclusión que enfrentan las personas trans en muchos países tienen una relación directa con la forma en que han sido patologizadas históricamente.

Despatologización trans y su importancia

El movimiento por la despatologización trans es una lucha global que busca cambiar la narrativa en torno a las identidades transgénero, enfocándose en el respeto, la autodeterminación y la igualdad de derechos.

Activistas de todo el mundo han alzado la voz para exigir que las personas trans no necesiten la validación de terceros para que sus identidades sean reconocidas legalmente.

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El derecho a decidir sobre su propio cuerpo y género sin intervención médica obligatoria es un punto central en estas demandas.

Una de las principales luchas del movimiento es el acceso a tratamientos de afirmación de género sin la necesidad de pasar por evaluaciones psicológicas o diagnósticos médicos.

La autodeterminación de género es un principio clave, y los activistas insisten en que las personas trans deben poder acceder a tratamientos como terapias hormonales o cirugías de manera segura y sin trabas administrativas o requisitos médicos innecesarios.

Si bien ha habido importantes logros en la lucha por la despatologización trans, aún queda mucho por hacer.

En algunos países, las personas trans todavía deben someterse a diagnósticos psiquiátricos o incluso a esterilizaciones obligatorias para poder cambiar su identidad de género en documentos legales.

Estos procedimientos son violaciones a los derechos humanos y perpetúan la discriminación.

Además, la falta de acceso a servicios de salud específicos y adecuados para personas trans sigue siendo un gran desafío.

Muchas personas enfrentan prejuicios por parte de profesionales de la salud o encuentran que no existen recursos suficientes para atender sus necesidades de transición.

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La inclusión de la educación en diversidad de género en los sistemas de salud es necesaria para garantizar un trato respetuoso y libre de discriminación.

La despatologización trans es, ante todo, un llamado a reconocer la dignidad de las personas trans y a garantizar que puedan vivir sus vidas sin ser tratadas como enfermas o desviadas.

Esto implica eliminar barreras legales y médicas, pero también cambiar actitudes, generar conciencia sobre la importancia del respeto a la diversidad y la búsqueda activa de los derechos igualitarios.

Por Keila Itzel Rodríguez Peña.

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