El impacto del contenido que consumimos: la machosfera y la violencia de género
Lo que vemos, leemos y escuchamos moldea nuestra percepción del mundo.
Desde los medios tradicionales hasta las redes sociales, el contenido que consumimos influye en nuestras creencias, actitudes y comportamientos.
En los últimos años, la llamada “machosfera” ha ganado notoriedad como un espacio digital que refuerza estereotipos de género y fomenta discursos que pueden perpetuar desigualdades.
El poder del contenido en la percepción social
Diversos estudios en psicología y comunicación han demostrado que la exposición repetida a ciertos mensajes puede normalizar ideas y comportamientos.
La teoría del cultivo, propuesta por George Gerbner, sostiene que las personas que consumen grandes cantidades de contenido con mensajes específicos tienden a percibir el mundo de acuerdo con esas representaciones.
En el contexto de la machosfera, esto significa que los discursos que exaltan la dominación masculina, minimizan la violencia de género o deslegitiman los derechos de las mujeres pueden influir en la forma en que sus seguidores entienden las relaciones de género.
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Un estudio de la en 2022: “Jóvenes en la Manosfera: Influencia de la Misoginia Digital en la Percepción que tienen los Hombres Jóvenes de la Violencia Sexual”, analizó cómo la exposición a contenido misógino en plataformas como YouTube y foros en línea influye en las actitudes de los jóvenes hacia las mujeres.
La investigación encontró que aquellos expuestos con mayor frecuencia a este tipo de mensajes mostraban actitudes más tolerantes hacia la desigualdad de género y la violencia en el ámbito de las relaciones de pareja.
La “machosfera” y la reproducción de desigualdades
La machosfera es un término que engloba a comunidades en línea donde se promueven ideologías que oscilan entre la defensa de la “masculinidad tradicional” y discursos abiertamente misóginos.
Espacios como foros de “incels” (célibes involuntarios), grupos de “hombres en contra del feminismo” y figuras influyentes en redes sociales han impulsado narrativas que refuerzan la idea de que los hombres están siendo “oprimidos” por los avances en igualdad de género.
Investigaciones han encontrado que los discursos de la machosfera suelen tener en común:
- La creencia en la superioridad masculina y el desprecio por el feminismo.
- La normalización de la violencia psicológica y física contra las mujeres.
- La idea de que los hombres están perdiendo privilegios debido a los cambios sociales y legales.
El peligro de estos discursos radica en que no solo perpetúan estereotipos dañinos, sino que también pueden llevar a la radicalización.
Las comunidades de la machosfera pueden actuar como puertas de entrada hacia movimientos extremistas misóginos, donde los discursos de odio pueden escalar hacia la justificación de la violencia.
Consecuencias sociales y la necesidad de una mirada crítica
El impacto de estos mensajes no se limita a quienes los consumen activamente.
La difusión masiva de contenido misógino contribuye a la persistencia de desigualdades estructurales al reforzar normas de género perjudiciales.
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Estudios han demostrado que la exposición a este tipo de contenido puede influir en decisiones políticas, en el trato hacia mujeres en el ámbito laboral y en la normalización de la violencia en las relaciones de pareja.
Ante esta realidad, debemos fomentar el pensamiento crítico en el consumo de contenido digital.
La alfabetización mediática puede ayudar a identificar discursos manipuladores y a cuestionar los mensajes que perpetúan la desigualdad.
Es necesario que plataformas digitales y medios de comunicación asuman una mayor responsabilidad en la regulación de contenidos que promuevan discursos de odio o desinformación.
La información que consumimos moldea la sociedad en la que vivimos. Ser conscientes de ello y cuestionar los mensajes que recibimos es un paso esencial para considerar nuestras actitudes y posibles enfoques.